El Cerco de Artajona
Perfectamente adaptado al perfil que dibuja el cerro sobre el que se asienta, el Cerco de Artajona le ofrecerá la oportunidad de disfrutar de la fortificación popular medieval más importante de la Zona Media de Navarra. Un paseo por su interior le descubrirá un conjunto amurallado del siglo XI que originariamente tuvo catorce torreones almenados, de los que sólo quedan nueve, unidos por el camino de ronda. Acceda al recinto por cualquiera de los dos primitivos portales que se conservan, el de San Miguel y el de Remahua y retroceda en el tiempo hasta la Edad Media. Imagine el espacio habitado por reyes, nobles a caballo, juglares, obispos y labriegos vestidos con pesados ropajes. Recree épocas pasadas y trate de imaginar cómo se vivió en este recinto coronado por la iglesia-fortaleza de San Saturnino, un sólido e imponente edificio del siglo XIII, declarada Monumento Histórico Artístico. En la parte más alta de Artajona se abre a la vista un impresionante lienzo salpicado de torreones almenados que se adapta al terreno dibujando un perfil arriñonado rodeado de campos. El origen de esta fabulosa fortificación, conocida como "El Cerco", se remonta al año 1085, fecha en la que se iniciaron los trabajos encargados por los canónigos de Saint Sernin, de Toulouse, obras que finalizaron en 1109. El lugar ha sido, a lo largo de los siglos, anhelado por reyes, señores y clérigos, lo que provocó numerosas luchas que hicieron necesarias varias reconstrucciones de la fortaleza, especialmente durante el reinado de Carlos II [...]